Ángeles y demonios en el nuevo ecosistema emprendedor: procesos neológicos relacionados con los business angels
Beatriz De La Fuente Marina  1@  
1 : Universidad de Salamanca  (USAL)  -  Site web

La figura del business angel ha irrumpido recientemente en el ecosistema de financiación como una de las vías alternativas más idóneas para salvar la brecha de capital que presentan algunas empresas emergentes –especialmente aquellas con un alto grado de innovación y, por tanto, un nivel de riesgo considerable–, las cuales pueden tener dificultades para acceder a las fuentes consideradas tradicionales o formales.

Sin embargo, detrás de la inocuidad del business angel se esconde una notable complicación terminológica. Todos los que hemos tenido que redactar o traducir textos dentro de este ámbito nos enfrentamos a varios dilemas. ¿Qué término escoger entre la maraña de denominaciones alternativas que se han ido proponiendo en castellano, con mayor o menor éxito, para business angel? Así, tendríamos por ejemplo los sintagmas “ángel de los negocios”, “ángel inversor”, “ángel financiero”, o bien “inversor ángel” e “inversor providencial”. En algunos textos se emplean igualmente las denominaciones “inversor privado” e “inversor informal”, aunque estas dos últimas serían más bien hiperónimos de business angel. Aun si optamos por uno de los equivalentes castellanos, habrá que lidiar con la incertidumbre que genera el hecho de trabajar con unidades poco implantadas, lo que lleva a muchos especialistas y traductores a adjuntar entre paréntesis el término inglés, con el fin de evitar equívocos.

¿Y qué decir de la tipología de los business angels? Existe el “ángel latente”, el “ángel virgen”, el “ángel activo”, el “ángel pasivo”, el “ángel emprendedor”, el high tech angel y el super angel. Pero también emerge la figura del business devil, el demonio de los negocios, que entraña problemas ya desde la conceptualización: para unos sería un business angel con malas intenciones, que explota la inexperiencia del emprendedor; para otros, en cambio, es un inversor privado que participa con más del 50% del capital social en la iniciativa de negocio.

El corpus que sirve de base para nuestro estudio es suficientemente representativo, con más de 450 documentos redactados originariamente en español, e incluye tanto textos altamente especializados (monografías, artículos en revistas de alto impacto, textos de corte académico y/o didáctico, legislación), como otros de tenor más divulgativo, pero cuyo emisor es un especialista o un intermediario experto en el ámbito (por ejemplo, folletos explicativos elaborados por las asociaciones de business angels, artículos o notas de prensa en las secciones temáticas correspondientes de la prensa seria). Esta diversidad nos permitirá observar la variación vertical.

Nuestra comunicación, por tanto, se marca como objetivo delimitar conceptualmente y proporcionar un panorama descriptivo de las principales unidades terminológicas del campo, que ayude al usuario (especialista, redactor técnico, traductor, etc.) a tomar decisiones fundamentadas a la hora de usar estos neónimos en castellano. Como punto de comparación, aludiremos también a los procesos neológicos que se están desarrollando en el resto de lenguas románicas.



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